El ramo (de la serie 200)

el ramo

Me dio una rosa, me dijo bella, estoy enamorado, me dijo.
-¿Harías cualquier cosa por mí, hasta matar, por ejemplo?
Chico prudente:
-Sólo si te quisiera mucho.
Mi crueldad de asalto, directa y sobreactuada:
-¡Oh! Entonces, ¿aún no me quieres mucho?
De todo lo dicho lo único cierto es que necesitaba que alguien hiciera algo por mí, que tal vez me quisiera, y que LO matara. Por eso permití que me acompañara. Tras la puerta debió escuchar, debió sorprenderse del silencio de mamá, debí aterrarlo con mis gritos. Mis instrucciones y su curiosidad harían el resto… el miércoles.
El miércoles mi caballero llegó puntual. Lo imaginaba nervioso y bien peinado. El esposo de mamá, en cambio, estaba furioso, y cuando sonó el timbre me trató de zorra, me agarró del cabello, “no vas a ir, ¿entiendes? ¡Puta!”.
Sin drama: grito desgarrador, palabras bien pronunciadas:
-¡Madreee, ayúdame!
Me zafé, abrí la puerta y allí estaba mi caballero con un ramo de flores, ¡acompañado de mamá!
-Déjame entrar –dijo en un murmullo.
-¿Qué piensan hacer? -Pregunté, mientras mamá pedía silencio en silencio.
-¡Puedes meterte tus flores por el culo! –Le dije.
¡ÉL estaba sonreído, cuando cerré la puerta! ¿Y yo? ¡Sin miedo!

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