Ancón está al borde de acantilados de una formación de suelo costero rico en hidrocarburos llamado “tablazo”. Se trata de suelos erosionables sujetos a los efectos de los vientos del sur y del régimen de mareas. La deforestación y la falta de programas de reforestación con especies locales que consoliden taludes hace prever una paulatina desaparición de esta formación