Santa Rosamunda Carter, la Virginal

Rosa Munda Carter

Fiesta: 5 de termidor
Patrona de Los paramédicos
Era Rosamunda una joven afortunada, de gran belleza y porte distinguido, hija de una de las familias más prósperas e influyentes de los mundos del cuadrante Cataláunico. En tal virtud, durante su mocedad llevó una vida plena de ocio, de emociones intensas -a menudo profanas-, amén de todas las tentaciones propias de la desenfrenada vida que se llevaba en Sybaria, el planeta administrativo del sistema Volpus. Quiso la Providencia que, a pesar de la pervertida y lujuriosa disolución a la que estuvo temerariamente expuesta, su castidad se mantuviera intacta para la Gloria de Aquel.
Cierta ocasión, antes de los 19 Rosamunda, imprudentemente, se hallaba en los alrededores del astropuerto rodeada de navegantes infieles y sin escrúpulos. Ante el peligro, fue rescatada por dos polizones prófugos de Aldebarán, a la sazón monjes mendicantes de la Orden neo Franciscana. Los predicadores, percibiendo el potencial de su celo, se convirtieron en sus tutores y profundizaron su fe en la Parusía del IV Mesías.
Para gloria del Altísimo Rosamunda hizo acopio de estas nuevas en su corazón. Tal como un día amara el desenfreno y las libaciones, atesoró por sobre todo su compromiso con el Novio Celestial. ¿No quedaron, acaso, tales hechos registrados en los anales cataláunicos, no quedó demostrado que el gobernador metropolitano, Quintiliano de Kolimes de Balzar, aprovechándose de la política represiva y persecutoria desatada por el gobierno contra los fieles, fracasó al intentar poseerla? Las propuestas del gobernador fueron natural y resueltamente rechazadas por la joven virgen, que ya estaba comprometida con el Panoptes, al que nada le es oculto.
Quintiliano torturó a la joven virgen con demoníaca dulzura. Vistió su cuerpo inmaculado con sedas de Xipango III, que tienen la virtud de sensualizar los terminales epiteliales hasta límites enloquecedores; pero la chica perseveró. Luego la ató con cuerdas de Velvet Canabis que causan al paciente una euforia compulsiva expresada en movimientos de cadera de generosa cadencia que generan varias mesetas orgásmicas por minuto, y que sólo puede controlarse con una inmovilidad absoluta, cosa que hizo la Santa. Luego hizo uso del lamido de gatos cataláunicos especialmente entrenados para goces carnales: primero atacó los pezones de la doncella pues, según se sabe, el lamido del felino induce múltiples orgasmos en las torturadas. Quintiliano, exasperado por la inmovilidad de la muchacha, dispuso que los gatos lamieran su vulva inmaculada. Es famosa la réplica de Rosamunda ante estas agresiones: “¿No te da vergüenza torturar en una mujer el mismo seno que de niño te alimentara, y la misma matriz que te incubara?”. Mientras duraba su martirio, la santa alcanzó varias veces el clímax místico y fue consolada con una visión del padre Adán en el paraíso primitivo que, milagrosamente, la protegió. Pero las torturas, que eran gloriosas para la joven virgen, continuaron de tal modo que fue meritoria de la palma del martirio, siendo finalmente arrojada a flujos de lava en Etna, uno de los mundos volcánicos del sol de Volpus.
Según la tradición, la escoria estelar de una explosión de supernova, avistada un año después de su martirio, se desvió milagrosamente de su trayectoria cuando los pobladores volpusianos rogaron por la intercesión de la santa. Por eso la capital Cataláunica la tiene como patrona, así como las colonias habitadas que orbitan a Zahir.
La iconografía de Santa Rosamunda suele presentar algún símbolo o gesto que recuerde las torturas que padeció (ver imagen de Rosamunda rodeada de gatos).

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